El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que el espacio aéreo de Venezuela "permanecerá cerrado en su totalidad". Este anuncio fue realizado a través de su red social Truth, donde instó a aerolíneas y pilotos a tener en cuenta esta medida. En su mensaje, Trump se dirigió también a "narcotraficantes y traficantes de personas", advirtiendo sobre la situación en el espacio aéreo venezolano.

La reacción del gobierno venezolano no se hizo esperar. En un comunicado, el Ejecutivo de Nicolás Maduro calificó la orden de Trump como una "imposición colonialista" y una "agresión extravagante, ilegal e injustificada". Caracas denunció que esta medida afecta la soberanía del país y representa una amenaza explícita de uso de la fuerza, contraria a los principios del Derecho Internacional.

Además, el gobierno venezolano afirmó que la declaración de Trump implica la suspensión unilateral de vuelos destinados a la repatriación de migrantes, a pesar de un acuerdo alcanzado en enero entre ambas naciones. Hasta la fecha, se han realizado 75 vuelos de repatriación, con 13,956 migrantes regresando a Venezuela.

Este anuncio se produce en un contexto de alta tensión entre Estados Unidos y Venezuela. Recientemente, el diario The New York Times informó sobre una conversación telefónica entre Trump y Maduro, en la que se exploró un posible encuentro, aunque ninguna de las partes ha confirmado oficialmente esta comunicación. El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, participó en la llamada, pero no se acordaron planes concretos.

La Administración Federal de Aviación (FAA) de EE. UU. había instado previamente a extremar la precaución al sobrevolar Venezuela y el sur del Caribe, citando una "situación potencialmente peligrosa" en la zona. Esta advertencia se enmarca en el contexto de bombardeos estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe, que han resultado en varias muertes, bajo el argumento de combatir el narcotráfico.

Por su parte, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, denunció la "interferencia electromagnética" sobre el espacio aéreo de Venezuela, atribuyéndola al despliegue militar de Estados Unidos en la región. Rodríguez afirmó que esta situación forma parte de una escalada de agresión militar y guerra psicológica contra Venezuela, con el objetivo de derrocar al gobierno de Maduro.