Un fallo detectado en la serie de aviones A-320 de Airbus, desencadenado tras un incidente en el que una aeronave perdió altitud en vuelo, desató a finales de noviembre una carrera global por actualizar el software de cientos —y posiblemente miles— de aviones.

La intervención preventiva, que Airbus atribuye a la posible corrupción de datos por radiación solar intensa, obligó a revisar y, en varios casos, retirar temporalmente de servicio gran parte de la flota afectada.

La magnitud del problema es inusual: las estimaciones más prudentes sitúan alrededor de 6.000 aparatos A320 en la lista de aviones que requieren algún tipo de intervención, lo que equivale a una proporción significativa de la familia más vendida de Airbus.

La medida, adoptada por motivos de seguridad, provocó cadenas de

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