La selección, tras la dura derrota del viernes ante Islas Feroe, muestra su mejor versión frente a las balcánicas y acaba primera de grupo (26-31)

La selección femenina de balonmano regresó desde un lugar muy lejano en tiempo récord. Del gran varapalo del viernes contra Islas Feroe a la gran resurrección de este domingo ante Montenegro. La victoria lo tuvo todo: el carácter de reaccionar al estropicio de hacía dos días y el juego que no había mostrado en todo el Mundial. Fue el mejor partido de España en el último año en el momento en que más apretaba la soga. Eficaces en ataque como tanto había reclamado el seleccionador, Ambros Martín, aplicadas atrás y sin los temidos socavones.

Al fin, unas Guerreras convincentes en su largo proceso de reconstrucción . Y, de postre, acabaron prim

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