El Gobierno celebró el dato. “Tremendo”, destacó el ministro de Economía, Luis Caputo, después de que el INDEC informara que la actividad económica creció 0,5% en septiembre y 5,0% interanual. Pero detrás del número que evitó, por poco, una recesión técnica, se consolida un fenómeno que ya atraviesa toda la economía: el estancamiento como nueva normalidad.

Desde hace meses el nivel de actividad está amesetado, con un consumo masivo que sigue en retroceso, salarios planchados, destrucción de empleo formal y una industria y construcción que continúan en caída. La paradoja es evidente: ¿cómo puede “dar positivo” la economía cuando se derrumba todo lo que sostiene al mercado interno? La respuesta está en la fuerte heterogeneidad sectorial y en un único motor que mantiene a flote el p

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