La plataforma de ‘streaming’ de audio más popular se suma a la moda de convertir cualquier servicio digital en una red social

Una persona cualquiera escucha una canción. Le recuerda a alguien. Desbloquea el móvil, pulsa el botón de compartir y, luego, el logo de Whats­App. Selecciona un contacto y la envía. Hasta agosto, ese intercambio ocurría fuera de Spotify. Pero la empresa se ha subido a una ola que recorre el universo de las aplicaciones: la interacción dentro de la plataforma . Ahora, los oyentes pueden enviarse mensajes privados sin abandonar el servicio de audio.

Cada vez más aplicaciones apuestan por integrar funciones sociales. La industria de los videojuegos fue pionera, pero fenómenos como Strava —el servicio deportivo que ha crecido vertiginosamente en los últimos meses

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