El principal argumento que sostiene la decisión Álvaro Barco y la administración es deportivo: Diego Romero, el portero de 24 años termina su experiencia en Banfield de Argentina y, considerado la gran promesa en el arco no solo de la ‘U’ sino del fútbol peruano, debe volver al club. No se pueden tener cuatro arqueros (a Britos y Romero, se le suman Vargas y Calderón), no carga ninguna lógica. Lo ha sugerido el propio Fossati, hoy menos explosivo en sus declaraciones, más cauto: “Me dijeron que vuelve Romero y bueno, yo sé de él. Yo lo llevé a la selección”. Hasta allí es una apuesta, un golpe de autoridad de la nueva gestión, quizá la primera postura de la actual Dirección Deportiva para intervenir el vestuario. El problema del cambio es el riesgo: despedir a un portero fiable, que ya olí

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