La década de los ochenta fue un parteaguas en la música en español, sobre todo en México. Así lo cataloga Rocío Banquells, una de las famosas divas de esa época, intérprete de canciones como “Luna mágica”, “Ese hombre no se toca” y “Abrázame”. Para la mexicana, la cumbre musical de ese tiempo tuvo un pilar evidente.

“En los 80 se juntaron tres grandes magias: voces identificables, que no tenías que decir el nombre; los grandes compositores españoles y mexicanos, que siempre ha habido, pero en ese momento se actualizaron y ya podían decir muchas cosas que antes no se podían decir; y los grandes arreglistas”, explicó.

Además, los ochenta también fueron un momento de libertad para las artistas, que comenzaron a plasmar en sus canciones anécdotas, deseos y sentimientos que eran considerados

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