El fútbol argentino vuelve a entregar un escenario difícil de imaginar años atrás: River Plate depende exclusivamente de que Boca Juniors sea campeón del Torneo Clausura para poder disputar la Fase 2 de la Copa Libertadores 2026. Un desenlace inesperado para un Millonario que, tras un año irregular, terminó cuarto en la tabla anual, en zona de clasificación a la Copa Sudamericana, y que había quedado con varias vías abiertas para llegar al máximo certamen continental. Hoy, solo queda una… y es la menos pensada.
La derrota en el Superclásico por la fecha 15, sumada a la igualdad ante Vélez y la posterior caída frente a Racing en los octavos de final, dejaron a River sin posibilidades de clasificar por mérito propio. Desde entonces, debía esperar que otros equipos liberaran un cupo, una ser

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