Eugenia Muzio
Ya entrado el último mes del año, el Gobierno continúa capitalizando la confianza poselectoral y el guiño de Washington, un "veranito" que le permitió poner el foco en desarmar la volatilidad de las tasas de interés para intentar reanimar la actividad. Sin embargo, detrás de la pizarra del dólar calmo, el frente externo sigue mostrando grietas estructurales: sin una mejora en la sostenibilidad de la deuda y con la negativa oficial a acumular divisas, el mercado advierte que el equipo económico podría volver a autoinflingirse una crisis si no reactiva la compra de reservas o se decide, finalmente, a retocar las bandas cambiarias antes de que la volatilidad financiera reclame su lugar.
El punto más frágil de todo el programa económico sigue siendo la falta de acumulación de r

Tres Lineas

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