El mercado automotor corporativo argentino comienza a transformarse hacia un modelo más flexible y rentable. En lugar de adquirir directamente los vehículos, las empresas pueden optar por tercerizar la gestión de su flota. Esto les permite ahorrar recursos, reducir riesgos financieros y concentrarse en su actividad principal sin inmovilizar capital en activos que no forman parte de su core business. La tendencia fue uno de los ejes analizados en la Mobility Summit, organizada la semana pasada en La Rural por El Cronista y la revista Apertura, donde distintos ejecutivos coincidieron en que la movilidad empresarial está entrando en una etapa de redefinición estructural.

“Concebimos a la movilidad como un servicio integral. RDA es un outsourcing que le permite a cualquier empresa —laboratori

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