En Badalona, la escena se repite con discreción desde hace unas semanas: perros y gatos que entran en una sala de velatorio , se acercan al féretro y permanecen unos segundos junto al cuerpo de la persona con la que han convivido durante años.
Algunos olfatean el entorno con cautela; otros buscan la mano inmóvil a la que estaban acostumbrados. Después, se tranquilizan. Para las familias, ese instante tiene un peso inesperado. Para los animales, según explican profesionales del tanatorio, supone una forma de comprender la ausencia .
Terapia asistida con animales, la poderosa herramienta que ayuda a tratar trastornos de salud mental
El precedente de Badalona
El Tanatorio de Badalona , gestionado por Pompas Fúnebres Badalona (PFB), ha registrado ya hasta once despedidas con masc

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