Llega diciembre y, con él, el contraste entre dos fuerzas opuestas: por un lado, el deseo de cuidarse y estar en forma para el verano; por otro, las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, que invitan a disfrutar de ricos platos, postres y brindis. Esta combinación suele ser el punto de partida de los temidos “kilos de más” de fin de año.

Durante estas fechas, las reuniones familiares, los cócteles y las cenas suelen aumentar el consumo de alimentos altos en grasas, azúcares y sal. Según estimaciones nutricionales, una persona puede subir entre 3 y 4 kilos en solo un mes si no equilibra su alimentación con hábitos saludables. “El problema no es celebrar, sino hacerlo sin conciencia. Los excesos continuos pueden alterar el metabolismo y dificultar el control del peso”, advierte Chris Pefaur,

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