Estos días es casi imposible abstraerse de la oscuridad y los pactos que rodean los ascensos al poder. Hay tanta información nueva volando –quién hizo qué para quién, quién metió la mano, quién la retiró ensangrentada– que dan ganas de abrir la hemeroteca de la Generación Dedito y comprobar, una vez más, que todo lo que hoy parece novedad ya estaba escrito en titulares de hace siete años. Sé que podría seguir hablando del tipo de comisionista que ejerce su oficio a lomos de los asientos sudorosos de un Peugeot, pero en este negocio a veces toca ser menos previsible.

Hay cosas relevantes pasando que no tienen los colores vivos ni el rollito jocoso de los comentarios sobre putes y mordidas que algunos soltamos en redes para que la grada se ría. Cosas serias, de esas no aptas para memes. Nad

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