Un día se toma la decisión de ir de erasmus a un país que apenas conocido, y al día siguiente resulta que se acaba construyendo una vida en torno a esa nueva ciudad. Esta es la historia de Lisa Rodwansky, una mujer húngara que llegó a Logroño sin apenas situarlo en el mapa y sin saber que «las circunstancias de la vida» convertirían la capital riojana en su nuevo hogar, a pesar de venir con la intención de estar únicamente durante una temporada.

Lisa dejó Hungría cuando era muy joven, pues antes de llegar a España había vivido en Italia, y de esos años guarda la admiración por el estilo de vida mediterráneo. «Siempre he sido muy valiente para buscar nuevas oportunidades, pero no tenía intención de quedarme aquí», explica, reconociendo que su estancia iba a durar 5 meses y que Logroño era

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