Durante su visita al santuario de Harissa, en el marco de su segundo día en Líbano, el papa León XIV hizo un llamado enfático a que los migrantes que escapan de la violencia y los conflictos armados jamás sean excluidos. En su mensaje ante obispos, religiosos y religiosas del país, pidió que quienes abandonan sus hogares por causa de «los conflictos absurdos y despiadados» no se sientan rechazados, «sino acogido» .
En lo alto de esta colina, considerada un sitio de peregrinación para el pueblo libanés y donde se alza la gran escultura de Nuestra Señora del Líbano, León XVI animó a los católicos del país a perseverar en la fe, a pesar de haberse convertido en minoría, al representar menos del 30% de la población. «Incluso cuando a nuestro alrededor retumba el ruido de las armas y las

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