Con la llegada del frío , las molestias respiratorias tienden a aumentar, especialmente en los niños. En estos meses, cuando las defensas de los más pequeños aún se encuentran en desarrollo , la nutrición adquiere un papel especialmente relevante.
Micronutrientes como el ácido fólico y otras vitaminas del grupo B son cruciales para el correcto funcionamiento del organismo , ya que intervienen en la respuesta del sistema inmune y participan en procesos clave como la producción de energía, la formación y reparación celular y el mantenimiento del sistema nervioso. De hecho, estudios recientes muestran que niveles adecuados de estas vitaminas se relacionan con una respuesta inmune eficiente y con una menor incidencia de molestias estacionales en niños y adultos.
En particular, el ácido fólico o vitamina B9 , contribuye a la formación de glóbulos rojos y nuevas células, facilita la división celular y participa en la síntesis y reparación del ADN. Además, desempeña un papel clave en la producción de glóbulos blancos, ya que participan en la defensa contra agentes externos.
«En invierno, los cambios bruscos de temperatura, pasar más tiempo en espacios cerrados o el ritmo del día a día pueden favorecer la aparición de molestias respiratorias propias de la temporada. Por lo que contar con un aporte adecuado de nutrientes permite que las defensas funcionen de manera óptima en todas las edades», explica el Doctor Luis Gutiérrez Serantes, médico de familia, divulgador y colaborador de MARNYS.
Ácido fólico a todas las edades
Aunque es conocido por su papel durante el embarazo, etapa en la que resulta clave para el desarrollo del sistema nervioso, el cerebro y la médula espinal del feto, el ácido fólico es esencial a lo largo de la vida.
Durante la infancia contribuye al desarrollo adecuado del sistema nervioso y del sistema inmunitario, mientras que en la edad adulta favorece el rendimiento cerebral y a mantener niveles equilibrados de homocisteína , un compuesto relacionado con el bienestar cardiovascular y neurológico. En edades más avanzadas, su aporte continúa siendo clave para preservar la función cognitiva y promover un envejecimiento activo y saludable.
Cuando la ingesta de frutas y verduras es escasa o existen factores que dificultan la absorción intestinal, los niveles de folato pueden descender con rapidez. Esto puede afectar la producción de linfocitos, células clave que vigilan el sistema frente a posibles agresiones externas, disminuyendo la capacidad de respuesta ante molestias respiratorias y resaltando la importancia de mantener un aporte constante durante todo el año.
«Una de las razones por las que es tan importante mantener un suministro adecuado de ácido fólico es que se trata de una vitamina hidrosoluble, esto quiere decir que el organismo no la produce y solo puede almacenarla en pequeñas cantidades, eliminando cualquier exceso a través de la orina . De esta manera, es necesario asegurar un aporte constante mediante la dieta, que puede ser complementada con suplementos , especialmente en etapas de mayor demanda como el crecimiento de los niños y en el embarazo», comenta el doctor Serantes.

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