Hace un par de años las autoridades viarias alertaron de los accidentes provocados por los corzos, esos simpáticos y huidizos animales que se expanden como una plaga, igual que los jabalíes .

El relato ecologista reclama que no haya la más mínima intervención humana sobre el medio ambiente. Si los arcenes de las carreteras se llenan de corzos, el problema son las carreteras, no los corzos.

Algo parecido sucede con los cerdos salvajes. Según refieren expertos, agentes forestales, agricultores y ganaderos, los jabalíes han encontrado en la zona alta de Barcelona un hábitat inmejorable. Se valen de supuestas buenas personas que les dan de comer y de su habilidad para asaltar contenedores. Igual que las palomas. Siempre hay alguien que les ofrece alimento, lo que causa toda clase de perj

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