Ahora todos parecen alarmados. Las imágenes desde la frontera con Perú, las declaraciones oficiales y los anuncios de urgencia se multiplican. Pero lo cierto es que actualmente empezamos a ver solo las primeras manifestaciones tardías de un problema profundo y mal gestionado durante años: la inmigración ilegal masiva que ha ingresado al país sin control, sin orden y sin una política coherente.

Durante mucho tiempo las advertencias fueron ignoradas, minimizadas o incluso ridiculizadas. Se evitó enfrentar la dificultad por temor a parecer inhumanos o intransigentes. Se confundió la legítima preocupación por la seguridad y la soberanía con discursos ideológicos de exclusión. Mientras tanto, miles y miles de personas ingresaban irregularmente por pasos no habilitados, sin registro, sin identi

See Full Page