Celebrar 25 años de la declaración de la Manzana Jesuítica de la ciudad de Córdoba como Patrimonio de la Humanidad no es sólo un aniversario. Es la ocasión de mirar hacia atrás con gratitud; de contemplar el presente con responsabilidad; de soñar el futuro con esperanza.
La Manzana Jesuítica es, ante todo, un corazón que sigue latiendo en el Centro de Córdoba. Latiendo en piedra antigua, en patio de silencio, en libros que todavía huelen a historia, en estudiantes que cruzan sus pasillos sin saber (o sabiéndolo muy bien) que caminan por un lugar donde el tiempo no pasa: se transforma.
Aquí se entrelazan tres hilos que hacen única a esta obra: la fe, que animó a los primeros jesuitas a enseñar, a sanar y a evangelizar; la inteligencia, que permitió que se levantaran instituciones pioneras

La Voz del Interior
The Atlantic
New York Magazine Intelligencer
AlterNet