Rubén Santiago Hernández tenía ya ocho años como diseñador gráfico al momento de encontrarse con un anuncio en el periódico que marcaría su vida. Con sólo lápices y plumones plasmó su inspiración de unir un balón de futbol con los continentes. Entre miles de concursantes, su propuesta sería elegida como la ganadora para ser el logotipo oficial del Mundial México 1986.

Originario de Aguascalientes y aficionado de las Chivas Rayadas del Guadalajara, Santiago Hernández recuerda en entrevista telefónica con Excélsior , cómo decidió participar en el concurso para la creación del logo para el Mundial de México 1986, luego de enterarse de la convocatoria publicada en el periódico el 23 de agosto de 1983.

Mi padre, Raúl Santiago Delgado, fue a visitarme a la ciudad de Dallas donde vivía y

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