La fiebre por la Inteligencia Artificial (IA) ya es un riesgo factible para la estabilidad financiera y el crecimiento económico mundial. La OCDE pone por primera vez negro sobre blanco el potencial desestabilizador que tendría una caída brusca en los mercados de las empresas vinculadas a esta tecnología, lo que podría arrastrar a las bolsas mundiales.
El organismo internacional, que ha publicado este martes su informe de Perspectivas Económicas , destaca que las altas valoraciones bursátiles suponen un “riesgo clave” para la salud del sistema financiero global, siendo las tecnológicas las candidatas más probables a desatar un shock que corrija precios a escala mundial.
“Un factor desencadenante podría ser que el entusiasmo de los inversores por la IA resulte exagerado, con una corrección en los precios extendiéndose de las acciones tecnológicas al resto de índices de referencia”, apuntan los técnicos de la OCDE en el documento.
El recuerdo de las 'puntocom'
La organización subraya que las bolsas mundiales han alcanzado valoraciones récord, acercándose a los niveles que se registraron a finales de los 90, precisamente en plena burbuja de las empresas ‘puntocom’, el antecedente por el que todos los expertos miran con escepticismo el reciente furor por la IA.
“A pesar de algunas caídas en las últimas semanas, las acciones de las tecnológicas siguen siendo el principal factor por el que crecen los precios en las bolsas de valores, lo que refleja el entusiasmo de los inversores por las ganancias potenciales de la IA y un crecimiento de los ingresos mayor que lo esperado en otros sectores y jurisdicciones”, detallan.
De hecho, este furor por la IA es uno de los principales motores del crecimiento en Estados Unidos, donde se concentra el grueso de la inversión, lo que ha permitido capear mejor de lo anticipado las turbulencias de la guerra comercial desatada por la nueva Administración de Donald Trump.
La otra cara de la moneda es la excesiva concentración de la inversión tecnológica y sus elevadas valoraciones en el mercado lo que, para el organismo, implica “un creciente entusiasmo y riesgos al alza” si estas cuantiosas inversiones no resultan ser rentables.
“El impacto en las empresas tecnológicas vinculadas a la IA podría ser especialmente grave si se ven obligadas a rebajar el valor de sus activos relacionados con la IA debido a un rendimiento inferior al esperado. A pesar de su creciente dependencia de la financiación en los mercados, las cotizadas de IA han acumulado una deuda sustancial, incluyendo un pasivo privado menos transparente y valores respaldados por hipotecas comerciales”, advierten.
Un efecto dominó sobre las bolsas mundiales
Así, una corrección brusca en el sector “tendría un impacto significativo en el mercado de valores en general, dada la creciente participación de las principales acciones tecnológicas en la capitalización bursátil”. Los efectos de un potencial estallido de esa presunta burbuja de IA pueden sentirse en otros como los centros de datos, fundamentales para desarrollar las capacidades de esta tecnología, que a su vez podrían impactar negativamente en el sector inmobiliario.
El potencial estallido de la burbuja de la IA forma parte de esos riesgos para el crecimiento económico que reconoce la OCDE, junto a un potencial recrudecimiento de la guerra comercial o un resurgir de las presiones inflacionistas, que en el caso de España están resultando ser demasiado ‘pegajosas’.
Pero la organización también ve el potencial positivo de esta tecnología, lo que podría favorecer el crecimiento económico en el caso de que ese impulso positivo de las inversiones se traslade a otras economías avanzadas, disparando el gasto corriente y el crecimiento de la productividad a futuro.
“La extensión y los plazos de estas ganancias de productividad vinculadas a la adopción de la IA son muy inciertas, pero es posible que esos beneficios sean más visibles que lo anticipado anteriormente en los próximos dos años. Tecnologías previas de uso general, como internet, requirieron un tiempo considerable para ser usadas de manera amplia y para generar efectos de productividad sustanciales”, apuntan, aunque reconocen que el ritmo en el caso de la IA parece ser más rápido.
España crecerá casi el doble que la eurozona
En este sentido, dan un toque a la Unión Europea, ya que señalan la conocida con IA Act o el reglamento de protección de datos “pueden minar los desarrollos de la IA” en los Veintisiete.
El informe de Perspectivas también actualiza las proyecciones de crecimiento para las economías avanzadas. En el caso de España, mantiene las publicadas hace una semana, con un avance estimado del producto interior bruto (PIB) del 2,9% en 2025, del 2,2% en 2026 y del 1,8% en 2027. Cifras, en todos los ejercicios, superiores a las que estiman para el conjunto de la zona euro (1,3% en 2025, 1,2% en 2026 y 1,4% en 2027).
El crecimiento económico estará espoleado por la creación de empleo y las ganancias de poder adquisitivo, mientras que la inversión se recuperará por los fondos europeos y la mejora del coste de la financiación. Este contexto, dice la OCDE, es óptimo para “acelerar” la reducción de los números rojos y generar espacio fiscal suficiente para hacer frente a futuros shocks.

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