Vivimos tiempos de cambios vertiginosos y de inmediatez constante: debemos tomar decisiones que no dan espera, las tecnologías de la información y la comunicación nos ofrecen información al instante, exigimos resultados inmediatos, datos al instante; corremos buscando resultados que nos hacen la vida más fácil: “esperar” ya no es una práctica que, por lo general, predomine en el lenguaje juvenil, ni en los círculos empresariales y sociales, ni en la cotidianidad de nuestras relaciones.

Hemos iniciado en la Iglesia un nuevo tiempo litúrgico al que se le ha denominado el tiempo del ‘Adviento’, cuya expresión latina ‘adventus’ significa ‘advenimiento’ y hace referencia en la antigüedad romana al anuncio de la llegada del emperador o un alto funcionario a determinada ciudad; desde la perspect

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