En el corazón geológico de Cantabria, una minúscula criatura del pasado ha regresado al presente. Conservada en ámbar durante 105 millones de años, una avispa fósil ha sido hallada en la cueva de El Soplao. Se trata de un ejemplar único, que no solo aporta información científica valiosa, sino que también refuerza el papel de Cantabria como enclave esencial para comprender la historia natural del planeta.

Qué es: una nueva especie fósil del Cretácico

La Cretevania orgonomecorum , nombre con el que ha sido clasificado el fósil, pertenece a un linaje extinto de avispas del Cretácico inferior. Se trata de uno de los mayores ejemplares de su género hallados hasta la fecha, con un cuerpo que alcanza los cinco milímetros. La riqueza de detalles anatómicos preservados en el ámbar ha permitido identificar rasgos únicos en las alas y las antenas. Esta especie se une a otras registradas en el mismo yacimiento, reafirmando la biodiversidad de aquel ecosistema extinguido.

Dónde ocurrió: El Soplao, Cantabria

El hallazgo ha tenido lugar en la cueva de El Soplao , un entorno singular con gran valor paleontológico. Este enclave, ubicado entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rionansa, es conocido desde principios del siglo XX por sus vetas minerales, pero en las últimas décadas se ha consolidado como una reserva excepcional de ámbar fósil . El lugar se ha convertido en punto de referencia para investigaciones sobre fauna y flora del Cretácico.

Qué se ha descubierto: morfología y contexto geológico

La avispa hallada destaca por su tamaño inusual y su excelente estado de conservación. Las comparaciones con especies del género Procretevania, descritas en China y Myanmar, han reforzado la sinonimia entre ambos géneros, una hipótesis ya planteada en estudios previos. El artículo ha sido publicado en la revista Palaeoentomology , y señala que estos insectos pueden actuar como fósiles guía para datar depósitos cretácicos, dada su amplia distribución y diversidad.

 

Descubren en la cueva de

Descubren en la cueva de El Soplao, Cantabria, una avispa fósil conservada en ámbar de hace 105 millones de años. (Palaeoentomology)

Por qué es relevante hoy

Este descubrimiento no solo amplía el conocimiento científico, sino que pone en valor el patrimonio natural de Cantabria. Las inclusiones fósiles en ámbar son una ventana al pasado que permiten reconstruir con precisión ecosistemas antiguos. En una época dominada por lo efímero, hallazgos como este invitan a reflexionar sobre la permanencia, la memoria y la necesidad de preservar espacios de investigación y contemplación. El Soplao no es solo un atractivo turístico: es una fuente inagotable de saber.

Quién lo investiga / qué institución lo protege

El equipo investigador está compuesto por científicos del IGME-CSIC , la Universidad de Barcelona , la Academia China de las Ciencias , el Museo de Historia Natural de Oxford y la Universidad de Valencia . El proyecto ha contado con financiación del Gobierno de Cantabria , el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Generalitat Valenciana . Entre los autores, destaca la labor de Enrique Peñalver , paleontólogo del IGME, que ya participó en el hallazgo de la garrapata más antigua del mundo, también en El Soplao, en 2017.

Una sociedad sin memoria es solo consumo

El caso de El Soplao demuestra que Cantabria sigue siendo un referente internacional en el estudio de la vida prehistórica. Las 1.500 inclusiones fósiles documentadas y las más de 30 especies descritas desde este yacimiento son prueba del valor de un patrimonio que no puede dejarse al margen. La arqueología, la paleontología y la conservación son pilares de una cultura que respeta su pasado. La historia no es espectáculo: es raíz, es identidad.