El fútbol tiene idas y vueltas, sino miren a Tomás Bottari . El volante central, hoy con un presente perfecto en Independiente Rivadavia , sabe bien lo que es trajinar y dar pelea en el barro del ascenso. La luchó, nunca bajó los brazos y hoy tiene su premio: ser campeón de Copa Argentina.
Nacido y criado en Quilmes, Tomás Bottari tuvo que dejar el club de su vida y retroceder dos casilleros para avanzar tres: "Me tocó irme de Quilmes no de la manera deseada. Bajé de categoría para jugar en Flandria y hace un año y medio estaba en UAI Urquiza jugando B Metropolitana", recordó el volante en su visita a Ovación TV.
Sin ponerse colorado, los anillos jamás se le cayeron a un Tomás Bottari que entendió que tenía que demostrar para volver a crecer. Se arremangó y salió más fuerte: "Es

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