Una mujer puede llegar a generar hasta 150 kilos de residuos de productos menstruales a lo largo de su vida. Solo los aplicadores y envoltorios pueden reciclarse en el contenedor correspondiente. El resto, la mayoría, no es reciclable y debe ir al contenedor gris. Tirarlos al inodoro causa contaminación y son de los residuos más comunes en playas y depuradoras.
La menstruación también implica un coste: unos 2.000 euros a lo largo de la vida, lo que contribuye a la pobreza menstrual, que afecta hasta al 40% de las mujeres.
Hoy existen alternativas sostenibles como la copa menstrual o la ropa interior absorbente, que duran años y reducen enormemente los residuos.
Hablar, elegir y consumir mejor es clave para cuidar del planeta y de nosotras mismas.

CMM

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