El partido alemán de ultraderecha AfD ( Alternativa por Alemania) organizó este fin de semana la refundación de su rama juvenil. Había disuelto su anterior organización de juventudes porque se había llenado de neonazis, infrecuentables incluso para una organización ultraderechista. La nueva organización, “Generación Alemania”, nacía más controlada por la cúpula del partido y debía servir para crecer entre el electorado más joven, pero algo salió mal.
Uno de los actos del fin de semana era la elección de la persona que debía dirigir esa rama juvenil. Los candidatos subían al estrado y lanzaban un discurso. Todo iba dentro de la normalidad de un aquelarre neofascista hasta que subió al escenario Alexander Eichwald y desató un escándalo que AfD intenta todavía apagar.
Eichwald parecía

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