J Balvin vivió una de las noches más importantes de su carrera con un concierto de más de siete horas en el Estadio Atanasio Girardot de Medellín, un espectáculo descomunal que transformó la ciudad en una celebración colectiva. La energía fue tan grande que muchos ya lo llaman el show más ambicioso y emotivo que el colombiano ha dado en toda su trayectoria.
Producción imponente y un mensaje claro: Medellín primero
El montaje del concierto fue un espectáculo por sí mismo. El escenario, diseñado en 360°, rodeó a Balvin de su público en todo momento, logrando que cada asiento del estadio fuera un punto privilegiado. Más de 70 bailarines, en su mayoría colombianos, acompañaron las coreografías que cambiaban de estilo conforme avanzaban los diferentes bloques del show.
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