Una emotiva jornada del Docenario Guadalupano se vivió la tarde-noche del lunes 1 de diciembre, cuando los vallartenses dieron muestra de su inquebrantable fe y devoción por la Virgen Morena. La inesperada lluvia no detuvo las tradicionales peregrinaciones y, bajo el agua, caminaron por las calles y banquetas del Centro de la ciudad rumbo a la cita anual bajo el altar de la icónica Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe.

El carro alegórico del hotel Vidanta llegó con la belleza de su decoración, y detrás, los empleados no rompieron filas pese a la tormenta que los sorprendió en el trayecto. De igual forma, las bandas de guerra no dejaron de sonar, ni las bandas musicales.

El hotel Playa Los Arcos optó por llevar a su Virgen montada en un burro, acompañada por los bailarines del grupo

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