La posibilidad de que un gran felino vuelva a los montes catalanes ha reactivado un debate ambiental que llevaba décadas latente.

El último ejemplar de lince boreal registrado en España murió en 1930 en la zona del Ripollès, un punto de inflexión que marcó la desaparición de esta especie en la península. Ahora, dos organizaciones plantean estudiar si es viable su regreso al Parque Natural del Alto Pirineo.

Amigos del Parque Natural del Alto Pirineo y ADLO Pirineo proponen introducir ejemplares procedentes de Rumanía , donde las poblaciones mantienen estabilidad demográfica. La idea es liberar animales previamente castrados, un método que, según las entidades, permitiría realizar observaciones ecológicas sin riesgo de que se establezcan nuevos núcleos reproductores. La iniciativa ha gener

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