Pals, ubicado en la comarca del Baix Empordà, forma parte del conjunto de pueblos medievales de la Costa Brava. Su núcleo histórico conserva estructuras defensivas, edificaciones religiosas y viviendas que datan de distintos períodos de la Edad Media, ofreciendo una visión completa de la evolución urbana y social de la villa. La localización del pueblo, sobre una colina cercana a la costa, permitió a lo largo de los siglos combinar funciones de vigilancia, residencia y actividad agrícola.
El casco antiguo mantiene la mayoría de sus elementos originales, incluyendo murallas, torres y calles empedradas, así como edificios emblemáticos que reflejan la vida pública y religiosa de la época. Estas características permiten que la visita al pueblo se estructure en torno a un recorrido que integra la arquitectura defensiva con los espacios culturales y los puntos de interés más destacados, facilitando la comprensión de la historia y la organización de Pals en la Edad Media.
Recinto de calles empedradas, casas de piedra y murallas medievales
El núcleo histórico de Pals se encuentra rodeado por murallas construidas entre los siglos XI y XIV. Dentro de este espacio se conservan tramos de muros, torres de vigilancia y edificaciones de piedra que reflejan la arquitectura medieval de la comarca del Baix Empordà. La disposición de estos elementos muestra la planificación defensiva de la villa y la organización del espacio urbano en la Edad Media.
Las torres circulares y secciones de muralla se distribuyen a lo largo del perímetro y permiten identificar las antiguas estrategias de vigilancia y protección. Entre ellas destacan la Torre de les Hores y la Torre d’en Ramonet, que conservan estructuras románicas y góticas y son testimonio de la línea defensiva original del recinto.
Dentro del casco antiguo también se encuentran edificios con funciones religiosas y públicas. La iglesia de Sant Pere, reconstruida con materiales del castillo, mantiene elementos románicos y barrocos que evidencian la evolución arquitectónica del templo y su continuidad en la vida comunitaria del pueblo. Estos espacios integran la historia defensiva, residencial y religiosa en un conjunto coherente.
Qué ver en Pals
La visita a Pals puede comenzar en Ca la Pruna, una casa fortificada de los siglos XV y XVI que actualmente alberga la Casa de Cultura y un espacio expositivo. Este edificio permite contextualizar la historia del municipio y su relación con los arrozales y las tradiciones agrícolas de la comarca. Desde allí se puede continuar hacia la plaza Mayor, núcleo central del casco histórico, y el Portal Gótico, antigua puerta de acceso al recinto. En esta zona se conservan casas nobles y soportales que reflejan la organización urbana y la vida pública de la villa durante la Edad Media.
El recorrido incluye la Torre de les Hores, una construcción románica de 15 metros de altura que sobrevivió al derribo del castillo en el siglo XV, y la iglesia de Sant Pere, un templo con origen en el siglo IX reconstruido con piedras del castillo, que conserva elementos románicos y barrocos en su fachada y nave. También es posible observar las tumbas medievales del Carrer Major, sepulturas antropomorfas excavadas en la roca que permanecen discretas pero auténticas, y la Torre d’en Ramonet, un elemento de vigilancia del siglo XIII que forma parte del sistema defensivo original de la villa.
Además, los visitantes pueden recorrer varios tramos de las murallas y torres circulares construidas entre los siglos XII y XIV, que permiten comprender la antigua línea defensiva del núcleo urbano. El Mirador de Josep Pla ofrece vistas al Montgrí, la llanura ampurdanesa y, en días claros, a las Islas Medes, integrando la percepción del paisaje con la experiencia histórica. Para completar la visita, el Paseo Arqueológico bordea la parte alta del recinto y facilita entender cómo se implantó la muralla sobre la colina, conectando los diferentes elementos defensivos y culturales en un recorrido coherente.

ElDiario.es
Slate Politics
AlterNet
The Danville Register & Bee Entertainment