Si alguien pensaba que Sánchez iba a tirar la toalla después de que Miriam Nogueras verbalizara el pasado 6 de noviembre la ruptura total de Junts con el Gobierno de España, se equivoca. Ni un mes ha tardado en tratar de dar la vuelta a aquel distanciamiento político que dinamitaba la ya de por sí frágil estabilidad parlamentaria. Como el mejor pistolero, siempre se guarda una bala en la recámara . Y este martes la utilizó.

En sendas entrevistas en medios catalanes, el presidente entonó el mea culpa , reconoció el incumplimiento –que hasta ahora negaba– de los acuerdos con Junts, puso cara de no haber roto un plato y anunció las primeras medidas para agradar a la tropa de Puigdemont . Una oportuna manera de rebajar las expectativas de las derechas, que van a quedarse afóni

See Full Page