En 2017, Pedro Sánchez consiguió por segunda vez (la primera fue en 2014) alcanzar la secretaría general del PSOE. Se hizo con el liderazgo en el partido gracias al apoyo de las bases, y en contra del criterio del aparato. En aquel momento, los militantes socialistas –igual que un amplio sector de su electorado– parecían obnubilados por el empuje del recién nacido Podemos, que en 2016 estuvo cerca de superar al PSOE en las urnas. Y, así, esas bases optaron por el proyecto más radical, encarnado por Sánchez, quien en una entrevista con Jordi Évole en LaSexta había mostrado su disposición a ir «codo con codo con Podemos». Y dos años después, en 2019, cumplió lo prometido y conformó una coalición de gobierno con Pablo Iglesias y sus círculos, aunque fue más lejos, porque se animó a llegar a u

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