En persona, Marisol García Walls transmite una mezcla de serenidad y lucidez que contrasta con la violencia que atraviesa Comparecencia (in)voluntaria , su nuevo libro-objeto. Escritora y curadora, de voz suave pero firme, llega desde ese territorio fronterizo donde conviven el arte y la literatura, disciplinas que entrelaza con naturalidad: “siempre tengo un pie en el arte y un pie en la literatura”, dice. Su trabajo se despliega en ese espacio intermedio, híbrido, donde el ensayo y la imagen se contaminan mutuamente.

Su libro —descrito por Daniela Rea como una invitación a “dudar de los relatos que nos construyen” y por Marina Azahua como un acto de “transmutación del dolor”— nace de un episodio que García Walls evitó durante años: la declaración que rindió en 2009 tras un asalto en s

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