Llevar una correcta alimentación, permite ingerir nutrientes que pueden proteger al cerebro del estrés oxidativo y de la inflamación, procesos relacionados con el alzhéimer. La dieta también puede influir de forma indirecta sobre esta enfermedad, al actuar sobre los factores de riesgo relacionados con el alzhéimer, como la diabetes, el riesgo cardiovascular y la obesidad, según diferentes estudios.
Pero no solo importa la cantidad de lo que se ingiere. Así, una nueva investigación concluye que la calidad y la cantidad de los carbohidratos de la dieta tienen un papel decisivo en el desarrollo de las demencias.
Así lo indica un estudio del grupo de investigación Nutrición y Salud Metabólica (NuMeH) de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y del Centro de Tecnología Ambiental, Alimentaria

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