Un mecanismo de defensa en riesgo

La fiebre es una respuesta natural del cuerpo para frenar infecciones. Al elevar la temperatura, el organismo dificulta la replicación de muchos virus. Sin embargo, los investigadores han descubierto que ciertas variantes de la gripe aviar pueden multiplicarse incluso bajo estas condiciones, lo que les da una ventaja significativa.

Un salto evolutivo que preocupa a expertos

Esta resistencia térmica indica que los virus no solo se adaptan al ambiente de las aves, cuyo cuerpo es más caliente, sino que también podrían prosperar en humanos. Con ello, aumenta el riesgo potencial de contagio, especialmente si se combina con otras mutaciones que faciliten la transmisión entre personas.

¿Por qué esto es importante?

En las últimas décadas, la gripe aviar ha es

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