La escoba es una herramienta esencial en cualquier hogar , pero pocas veces se piensa en cuándo debe sustituirse por una nueva. Según especialistas, una escoba debería cambiarse cada seis meses o, como máximo, una vez al año , dependiendo del uso y del tipo de suelo.
Con el paso del tiempo, las cerdas se deforman, se abren y acumulan polvo y bacterias , lo que reduce su eficacia y puede incluso dejar restos de suciedad en lugar de eliminarlos. Una escoba vieja no limpia, esparce. Si al barrer notas que el cepillo no arrastra bien la suciedad o deja rastro, ha llegado el momento de renovarla.
Factores que aceleran su desgaste
La frecuencia de uso es clave, pero también influyen otros factores. Las superficies rugosas o de exterior desgastan más las cerdas, mientras que los

Deia
The Daily Beast
AlterNet
WFMJ-TV