El tomate es uno de los protagonistas indiscutibles de la dieta mediterránea y un ingrediente esencial en infinidad de platos. Sin embargo, un gesto tan común como guardarlo en la nevera puede estar arruinando por completo su calidad. Una experta cocinera italiana advierte sobre este hábito tan extendido, explicando que el frío es el peor enemigo de su sabor, aroma y textura originales.

El porqué del cambio: la ciencia detrás del sabor

La clave se encuentra en la composición interna del tomate . Según explica la experta, se trata de un fruto sensible que contiene enzimas que continúan trabajando incluso después de ser cosechado , un proceso que le permite madurar y desarrollar toda su riqueza organoléptica. El problema surge al exponerlo a bajas temperaturas .

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