Las renuncias a los pocos meses de haber obtenido el triunfo, por parte de la española Amparo Muñoz en 1974 y de la rusa Oxana Fedorova en 2002, han quedado como meros escandalitos frente al revuelo ocasionado por el Miss Universo 2025, realizado en Tailandia.

La proclamación de la mexicana Fátima Bosch parecía el broche de oro de la edición, después de algunos hechos que activaron las alarmas. Sin embargo, el resultado solo sirvió para atizar la lumbre hasta convertirla en un incendio, de tal dimensión, que resulta osado tratar de predecir hasta dónde llegará.

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La chispa

Apenas comenzó la concentración de candidatas, reventó la primera polémica, cuando la organización incluyó entre sus patrocinantes a una casa

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