Las inundaciones que golpean al sur de Asia desde la semana pasada ya dejaron más de 1.500 muertos, mientras miles de habitantes siguen atrapados en regiones aisladas de Sri Lanka, Indonesia, Tailandia y Malasia. La tragedia ha puesto al límite a los equipos de emergencia, que intentan llegar a zonas devastadas por lluvias extremas que no daban tregua. La combinación de una temporada monzónica inusualmente intensa y dos ciclones tropicales raros generó un escenario climático que tomó por sorpresa incluso a las autoridades más experimentadas.

Organismos meteorológicos de la región explicaron que el cambio climático está intensificando las precipitaciones, ya que una atmósfera más cálida retiene más humedad. Esa acumulación de vapor terminó descargándose con una violencia inédita sobre ciud

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