Un sorprendente hallazgo científico en Chernóbil está reescribiendo lo que sabemos sobre la vida en condiciones extremas. Investigadores confirmaron que un hongo descubierto en las ruinas del reactor no solo sobrevive a altos niveles de radiación , sino que se alimenta de ella , convirtiéndola en energía. Este rasgo único podría transformarlo en un aliado clave para proteger a los astronautas durante las futuras misiones a la Luna y Marte.

Un organismo que convierte radiación en energía

El hongo, identificado por su capacidad de melanización, pertenece a un grupo de microorganismos llamados hongos radiótrofos . Estas especies utilizan un proceso similar a la fotosíntesis, pero en lugar de captar luz solar, absorben radiación ionizante y la transforman en energía química.

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