Una estratificación pensada mas desde el bolsillo de las empresas de servicios publicos y de la Oficina de Impuestos de la Alcaldia de Mocoa, como herencia del ex alcalde, les amargó la navidad a la mayoria de los Mocoenses, se acostaron pobres de estrato 1 y amanecieron la mayoria siendo estrato 3 en los barrios populares de la capital putumayense.

Un leonino contrato que puso al albedrio y capricho de personas encuestadoras a decidir quien era pobre y quien era rico en Mocoa, lo cual midieron con el mismo racero millonario a las familias de los barrios populares como San Agustín, Independencia, Keneddy, entre muchos otros.

Cuando se pensaba que se avecinaba una navidad feliz para los Mocoenses, tuvieron que volver a guardar las luces de navidad y arreglos de sus casas ante los escandal

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