Consumir refrescos con regularidad aumenta la ingesta de azúcar en la dieta y puede tener un impacto directo en la salud metabólica. Diversos expertos en nutrición advierten sobre la relación entre el consumo de estas bebidas y el desarrollo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la obesidad y ciertos problemas cardiovasculares .
En la vida cotidiana, reducir la demanda de bebidas azucaradas representa un desafío ante la amplia disponibilidad de refrescos y sus variedades.
Las campañas de salud pública enfocan sus esfuerzos en disminuir la cantidad de azúcar añadido recibida por la población, y una de las estrategias más recomendadas es limitar los refrescos.
Alternativas prácticas y ajustes en los hábitos diarios permiten alcanzar esta meta sin sustituirlos automát

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