La presidenta Sheinbaum debe tener pocas ganas de pasar el viernes en Washington para hacerle la corte a Trump . No se entendería de otra forma la tardanza en confirmar su asistencia al sorteo del Mundial 2026, y puede ser comprensible, ya que todo indica que la FIFA y su presidente Infantino se han esforzado por ofrendarle a Trump el protagonismo en un evento que alcanzará a millones de personas en el planeta. Es probable que en esa coreografía nuestra Presidenta y el primer ministro de Canadá sean acaso parte de un gran elenco. Ni hablar, es el Mundial de Estados Unidos, y de Trump . O quizá la indefinición tenga que ver con una solicitada reunión cara a cara en la Casa Blanca que Washington no le ha concedido, o viceversa: que ella no desee terminar el año de la despia

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