Cada vez son más las personas en la Ciudad de México que se preguntan qué cambios traerá consigo la esperada Copa del Mundo FIFA 2026. No es para menos, cuando un evento de esta magnitud llega a una ciudad, solemos imaginar grúas levantando estadios imponentes y nuevas avenidas brotando por doquier. Sin embargo, esta vez el panorama es diferente. Por primera vez en este siglo, no veremos estadios nuevos alzándose en el horizonte; en todo caso, presenciaremos adecuaciones y mejoras en recintos ya emblemáticos como el nuestro. Pero el verdadero cambio, el que permanece, muchas veces no se ve a simple vista y se encuentra en la infraestructura básica que mejora la vida diaria de miles de familias.

Este gran evento deportivo ha servido, históricamente, como impulso para acelerar proyectos que

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