Los Charros de Jalisco amarraron la serie frente a los Venados de Mazatlán luego de imponerse 9-11 en el segundo juego, disputado en el Estadio Panamericano, el cual se caracterizó por ser un auténtico festival de batazos que mantuvo a la afición al filo del asiento de principio a fin.
Desde la primera hasta la octava entrada no hubo un solo episodio en blanco, ya que en cada inning se timbró al menos una carrera. El duelo terminó dejando cifras de auténtico espectáculo: 31 imparables, 21 carreras y tres cuadrangulares que reflejaron la intensidad vivida sobre el diamante.
Los caporales tomaron la ventaja desde los primeros episodios, aunque Mazatlán jamás dejó de presionar y se mantuvo siempre a la caza en la pizarra. El constante intercambio de golpes provocó que ni Alemao He

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