Sin tanta polémica como la que, año tras año, envuelve el belén, la instalación de las luces navideñas es siempre motivo de debate una vez se desvela a la ciudadanía. Los mensajes de esta iluminación, la apuesta estética e incluso la inclinación de este ornamento navideño pueden ser (y son, en efecto) cuestionados, aplaudidos o rechazados. Este año, la indignación se ha centrado en la transitada calle Aragón, una de las mayores arterias de Barcelona.
Con una iluminación basada en frases icónicas y autóctonas que se escuchan en los hogares en la Navidad catalana, usando emblemas como 'I demà, canelons' ('¡Y mañana, canelones!') o 'Qui porta el cava' ('¿Quién trae el cava?'), la plataforma vecinal contra la contaminación atmosférica Eixample Respira ha puesto la nota crítica considerando qu

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