MONTERREY, NL.- El indiferente apretón de manos entre Domenec Torrent y Antonio Mohamed, tras el silbatazo final del árbitro Daniel Quintero, fue la imagen que reflejó a la perfección lo sucedido en el primer capítulo de la semifinal entre los Rayados y los Diablos Rojos.

Sí, el Monterrey salió con ventaja del estadio BBVA (1-0), pero su experimentado entrenador sabe que es una pírrica ventaja para meterse al Infierno.

Y al “Turco” le preocupa la anemia ofensiva que aqueja al Toluca. Ya son 205 minutos sin anotar gol, una eternidad en fase final.

Estadística que provoca no ver tan sencilla la misión de pasado mañana por la noche en el estadio Nemesio Díez. Sólo es una victoria. El problema es que el actual campeón y líder padece amnesia cuando llega a zona de definición.

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