Formigal ya no es solo una estación de esquí: es un modelo de destino . Un lugar donde se madruga para disfrutar de kilómetros de pistas y, por la tarde, la nieve deja paso a uno de los mejores ambientes festivos de Europa. La ecuación esquí + après-ski parecía una tendencia pasajera, pero en el Valle de Tena se ha convertido en una identidad propia. Y cada año crece un poco más.

La estación, integrada en el dominio Formigal-Panticosa del Grupo Aramón, supera los 140 kilómetros esquiables , con más de un centenar de pistas repartidas en los sectores de Sextas, Izas-Sarrios, Anayet y Portalet. La variedad —desde zonas familiares hasta descensos rojos y negros—, unida a la garantía de nieve gracias a la innivación artificial, ha consolidado a Formigal como el gran imán del públic

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