La desinformación prolifera de manera constante en espacios digitales donde los conceptos son más técnicos, como las noticas económicas y financieras.

En las últimas semanas se reactivó en México una especie de ampolla social que se presenta como defensa de la “libertad”, pero cuyo núcleo es claramente reactivo: un movimiento convocado por figuras empresariales que mezcla protesta performática, indignación de élite y una narrativa cada vez más común en la era digital—la que confunde discrepancia política con opresión ideológica.

Durante un año hemos señalado que la desinformación prolifera de manera constante en espacios digitales donde los conceptos son más técnicos, como las noticas económicas y financieras. Desde enero de este año, temas como las amenazas arancelarias, los ajustes en

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