Hay días que pesan más que otros, meses que se estiran como sombras largas, años que se sienten como habitaciones sin puertas ni ventanas. La vida, en su constante trasegar, insiste en empujarte hacia afuera, hacia el movimiento perpetuo, hacia esa sintonía masificada que exige atención, rapidez y presencia. Pero, de pronto, algo en tu interior se detiene. Una quietud opaca se instala, como si una parte de ti se apagara sin previo aviso.
A ese hundimiento silencioso, a ese cansancio que no encuentra sentido ni refugio, el poeta francés Charles Baudelaire lo llamó Spleen : una saturación del alma, un miedo denso que se expande como niebla y va opacando incluso los deseos más simples de la existencia humana.
La rutina, muchas veces, es cómplice de esta sombra. Actúa como una bomba de tie

Boyacá 7 Dias

America News
Associated Press US News
Cleveland 19 News
The Hollywood Gossip